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Erreferentzia: 18893
Data: 1937-06-29
Dokumentu mota: Prentsa
Euskarri mota: Artxibo digitala
Hizkuntza: Gaztelania
Iturria: Ion Urrestarazu Parada
Ezaugarriak: "TAURINAS. EL DOMINGO EN PASAJES" / Unidad, 2. or.
Oharrak: "A las cinco y media pasadas (el festival estaba anunciado a las cinco) empezó el espectáculo taurino de Pasajes. Unos bravos mozos de Falange, de la ribera, nos saludaron con unas jotas de su tierra alusivas al acto que se celebraba. Salvas de aplausos premiaron aquellos dúos típicos magistralmente ejecuta dos por quienes lo mismo se baten como jabatos que se desgañitan como una "fiora". La plaza de madera de Pasajes presentaba un aspecto imponente. Se agotaron las localidades y el callejón era incapaz de contener toda la avalancha humana que en él se acomodaba. Presiden los jefes de Falange y ameniza la corrida la Banda de Requetés de Rentería. Suenan los clarines y aparece el primer novillo. Algo quedado, huyendo de los capotes, con un desastre de peonaje, lo recoge el maestro, el Chiquito de Rentería, con tres verónicas y media quietas y templadas que se aplauden como merecen. Los de brega están francamente mal y todos quieren meter sus capotes en los hocicos de la res. El maestro se destempla con razón y se niega a torear. Por fín se decide y ejecuta otras cuantas series de verónicas que terminan con un largo afarolado. El novillo sigue quedado pero embiste trabajándolo. Cambio de tercio... No hay quién se atreva con las banderillas; nadie acepta los palos. Tiene que bajar de los tendidos un falangista cincuentón, tocado con sombrero, al parecer andaluz, que con una facilidad asombrosa coloca dos pares matemáticos de ejecución que los premiamos con una ovación cerrada. Brinda el maestro con los trastos en la mano y se arranca al novillo decidido a hacernos degustar una gran faena. El novillo está estropeado por el peonaje. Era una pera en dulce, algo falto de sangre. Chiquito de Rentería está trabajador e infatigable y lo saluda con pases altos, de pecho, ayudados. Hasta se estira con tres naturales con la derecha y uno con la izquierda. Dos enteras y una media de la que tarda en morir dan fin a su faena. Dos voluntarios le dan en hombros la vuelta al ruedo y hay ovación. El Chatillo de Cintruénigo, todo bondad y voluntad, se las hubo de ver con una res, algo más pequeña que la anterior, pero con más sangre y tamp- para todos los aficionados con sustos y consiguió recortar al bicho al estilo de su tierra sonriéndose y recreándose en la suerte que ejecutaba antes de embestir el becerro. Con la muleta estuvo más acertado y nos entretuvo con unos pases por alto y varios de rodillas que nos escalofriaban por la temeridad sin buscar la salida. Dos pinchazos y una media bastaron para que salieran las mulillas sonando las palmas en su honor. Después se lidiaron unas vaquillas bién con más nervio. Con el capote solo revolcones y el revistero ha dado fin también a su labor técnica. En cuanto a la informativa, queremos advertir que no por tratarse de un festival y a beneficio el público no ha de ser considerado con toda clase de respeto. Que vean las autoridades de que se cumplen en ellos los reglamentos taurinos y que la organización sea esmerada y sin perder un detalle. Sólo así se evitarán escenas e incidentes desagradables. No estaría demás un vasito de ricino para los organizadores... dicho sea dentro de nuestra camaradería."
Sortak: Unidad 1936-1940
 
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Oharrak: "A las cinco y media pasadas (el festival estaba anunciado a las cinco) empezó el espectáculo taurino de Pasajes. Unos bravos mozos de Falange, de la ribera, nos saludaron con unas jotas de su tierra alusivas al acto que se celebraba. Salvas de aplausos premiaron aquellos dúos típicos magistralmente ejecuta dos por quienes lo mismo se baten como jabatos que se desgañitan como una "fiora". La plaza de madera de Pasajes presentaba un aspecto imponente. Se agotaron las localidades y el callejón era incapaz de contener toda la avalancha humana que en él se acomodaba. Presiden los jefes de Falange y ameniza la corrida la Banda de Requetés de Rentería. Suenan los clarines y aparece el primer novillo. Algo quedado, huyendo de los capotes, con un desastre de peonaje, lo recoge el maestro, el Chiquito de Rentería, con tres verónicas y media quietas y templadas que se aplauden como merecen. Los de brega están francamente mal y todos quieren meter sus capotes en los hocicos de la res. El maestro se destempla con razón y se niega a torear. Por fín se decide y ejecuta otras cuantas series de verónicas que terminan con un largo afarolado. El novillo sigue quedado pero embiste trabajándolo. Cambio de tercio... No hay quién se atreva con las banderillas; nadie acepta los palos. Tiene que bajar de los tendidos un falangista cincuentón, tocado con sombrero, al parecer andaluz, que con una facilidad asombrosa coloca dos pares matemáticos de ejecución que los premiamos con una ovación cerrada. Brinda el maestro con los trastos en la mano y se arranca al novillo decidido a hacernos degustar una gran faena. El novillo está estropeado por el peonaje. Era una pera en dulce, algo falto de sangre. Chiquito de Rentería está trabajador e infatigable y lo saluda con pases altos, de pecho, ayudados. Hasta se estira con tres naturales con la derecha y uno con la izquierda. Dos enteras y una media de la que tarda en morir dan fin a su faena. Dos voluntarios le dan en hombros la vuelta al ruedo y hay ovación. El Chatillo de Cintruénigo, todo bondad y voluntad, se las hubo de ver con una res, algo más pequeña que la anterior, pero con más sangre y tamp- para todos los aficionados con sustos y consiguió recortar al bicho al estilo de su tierra sonriéndose y recreándose en la suerte que ejecutaba antes de embestir el becerro. Con la muleta estuvo más acertado y nos entretuvo con unos pases por alto y varios de rodillas que nos escalofriaban por la temeridad sin buscar la salida. Dos pinchazos y una media bastaron para que salieran las mulillas sonando las palmas en su honor. Después se lidiaron unas vaquillas bién con más nervio. Con el capote solo revolcones y el revistero ha dado fin también a su labor técnica. En cuanto a la informativa, queremos advertir que no por tratarse de un festival y a beneficio el público no ha de ser considerado con toda clase de respeto. Que vean las autoridades de que se cumplen en ellos los reglamentos taurinos y que la organización sea esmerada y sin perder un detalle. Sólo así se evitarán escenas e incidentes desagradables. No estaría demás un vasito de ricino para los organizadores... dicho sea dentro de nuestra camaradería."
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