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| 5341
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[1.162 Kb]
Signatura: L21216
Data: 1931-04-08
Dokumentu mota: Prentsa
Hizkuntza: Gaztelania
Iturria: Ion Urrestarazu Parada
Ezaugarriak: Reflexiones electorales. A los "sensillos" de Martutene / La Voz de Guipúzcoa, 5. or.
Oharrak: "Reflexiones electorales A los "sensillos" de Martutene. — Con aguda visión de la realidad electoral, hace más de tres meses que el afable repatriado señor Castañeda se dedica a preparar su prolongación concejil. Al alimón con el "araña de las arañas", sin acuerdo municipal, sin conocimiento de la Comisión de Obras, sin intervención técnica alguna, decidió un buen día inundar de piedra los caminos vecinales y particulares del barrio. Avisaron a las canteras, y éstas, diligentes, pronto comenzaron a surtir los pedidos. Tan pronto, que para cuando se dió cuenta de la faena la Comisión de Obras se llevaban ya extendidas, a la buena de Dios, más de veinte mil pesetas de piedra. Pero aun hay algo, y sobre ello llamamos la atención de los ingenuos de Martutene y de la Comisión de Obras. Entre lo encargado a las canteras —según factura de éstas— y lo suministrado por ellas hay una diferencia de más de trescientos metros, que trae de cabeza a los que se empeñan en buscar una exacta concordancia entre la piedra extendida y la nota cuyo importe se reclama por los abastecedores de dicha piedra. Estriba la diferencia en que esos metros de piedra no han sido aún suministrados, aunque si pedidos, y el señor Castañeda que prometió a los casheros para sus caminos particulares esa piedra, quedando éstos en recogerlos con los buenos tiempos, se encuentra ahora en un callejón de difícil salida. Por un lado, hace creer a los "sensillos" del barrio que esa piedra se la podrán llevar después de las elecciones y después, claro está, de haberle votado a él todos como un solo hombre. Y por otro lado, sabe perfectamente el señor Castañeda que esa piedra no saldrá ya de las canteras, como no sea pagándola él de su bolsillo particular. Y en cuanto al resto de la piedra, ya veremos cuándo, cómo y por quién se paga. Se ha realizado un expediente por la Comisión de Obras, y el resultado parece que es muy turbio, y parece también que el ponente de Obras, señor Arizmendi, está muy decidido a que esa piedra no sea abonada por el Ayuntamiento, sino por los que, sin título ni derecho a ello, la encargaron y distribuyeron. Si el señor Arizmendi es congruente y consciente, con la sensibilidad de que hizo gala en el asunto de La Perla, está obligado en el caso de Martutene a proceder con igual energía. Nosotros, por nuestra parte, ya se lo recordaremos. Y en cuanto a los casheros de Martutene, les advertimos muy formalmente que no crean una sola palabra de los desinteresados ofrecimientos del señor Castañeda. Ni tendrán ya, por su mediación, esa piedra que falta para sus caminos particulares, ni el alumbrado que ofrece, ni el terreno que dice va a comprar para hacer unas escuelas. Mediten bien esos casheros, y sepan que aunque el señor Castañeda lograra realizar sus apetencias concejiles gracias a esos votos de Martutene, en el próximo Ayuntamiento, y entre los fuertes grupos antidinásticos, Castañeda y sus amigos no serán más que granitos de arena."
Sortak: La Voz de Guipúzcoa 1931, kronikak
 
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Ezaugarriak: Reflexiones electorales. A los "sensillos" de Martutene / La Voz de Guipúzcoa, 5. or.
Oharrak: "Reflexiones electorales A los "sensillos" de Martutene. — Con aguda visión de la realidad electoral, hace más de tres meses que el afable repatriado señor Castañeda se dedica a preparar su prolongación concejil. Al alimón con el "araña de las arañas", sin acuerdo municipal, sin conocimiento de la Comisión de Obras, sin intervención técnica alguna, decidió un buen día inundar de piedra los caminos vecinales y particulares del barrio. Avisaron a las canteras, y éstas, diligentes, pronto comenzaron a surtir los pedidos. Tan pronto, que para cuando se dió cuenta de la faena la Comisión de Obras se llevaban ya extendidas, a la buena de Dios, más de veinte mil pesetas de piedra. Pero aun hay algo, y sobre ello llamamos la atención de los ingenuos de Martutene y de la Comisión de Obras. Entre lo encargado a las canteras —según factura de éstas— y lo suministrado por ellas hay una diferencia de más de trescientos metros, que trae de cabeza a los que se empeñan en buscar una exacta concordancia entre la piedra extendida y la nota cuyo importe se reclama por los abastecedores de dicha piedra. Estriba la diferencia en que esos metros de piedra no han sido aún suministrados, aunque si pedidos, y el señor Castañeda que prometió a los casheros para sus caminos particulares esa piedra, quedando éstos en recogerlos con los buenos tiempos, se encuentra ahora en un callejón de difícil salida. Por un lado, hace creer a los "sensillos" del barrio que esa piedra se la podrán llevar después de las elecciones y después, claro está, de haberle votado a él todos como un solo hombre. Y por otro lado, sabe perfectamente el señor Castañeda que esa piedra no saldrá ya de las canteras, como no sea pagándola él de su bolsillo particular. Y en cuanto al resto de la piedra, ya veremos cuándo, cómo y por quién se paga. Se ha realizado un expediente por la Comisión de Obras, y el resultado parece que es muy turbio, y parece también que el ponente de Obras, señor Arizmendi, está muy decidido a que esa piedra no sea abonada por el Ayuntamiento, sino por los que, sin título ni derecho a ello, la encargaron y distribuyeron. Si el señor Arizmendi es congruente y consciente, con la sensibilidad de que hizo gala en el asunto de La Perla, está obligado en el caso de Martutene a proceder con igual energía. Nosotros, por nuestra parte, ya se lo recordaremos. Y en cuanto a los casheros de Martutene, les advertimos muy formalmente que no crean una sola palabra de los desinteresados ofrecimientos del señor Castañeda. Ni tendrán ya, por su mediación, esa piedra que falta para sus caminos particulares, ni el alumbrado que ofrece, ni el terreno que dice va a comprar para hacer unas escuelas. Mediten bien esos casheros, y sepan que aunque el señor Castañeda lograra realizar sus apetencias concejiles gracias a esos votos de Martutene, en el próximo Ayuntamiento, y entre los fuertes grupos antidinásticos, Castañeda y sus amigos no serán más que granitos de arena."
Sortak: La Voz de Guipúzcoa 1931, kronikak
 
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