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Signatura: L21556
Data: 1931-10-01
Dokumentu mota: Prentsa
Hizkuntza: Gaztelania
Iturria: Ion Urrestarazu Parada
Ezaugarriak: Después del susto. Hablando con el atracado en Loyola / La Voz de Guipúzcoa, 16. or.
Oharrak: "Después del susto Hablando con el atracado en Loyola Nuestros lectores tienen ya noticia por lo publicado en este diario, que durante la madrugada del pasado lunes fué atracado en Loyola, y arrojado desde lo alto del puente al río, el joven José Aresti Mendiguren, de 25 años, domiciliado accidentalmente en el estanco de Martutene. La víctima Al principio, se negó a facilitarnos detalles cuando supo nuestra condición de periodistas. El hombre estaba enfadado a causa de cierta información aparecida en un diario local, en la que después de señalar que a pesar de sus apellidos y nacimiento vasco, más parece gallero, el articulista no estaba muy convencido de que Aresti haya sido realmente la víctima de un atraco en el que, luego de ser despojado de la 825 pesetas que tenía, los "criminales" atracadores lo tiraron al río, sin antes haberle hecho ni el más leve rasguño durante la lucha. Pero, ¿hubo lucha? Ante el susto recibido, Aresti nada recuerda. Sabe únicamente que dió voces pidiendo auxilio. El hombre no tenía necesidad, ni objeto alguno para simular una farsa, dando un salto más que regular desde el puente al río, para con toda la ropa sobre su cuerpo tomar un formidable baño a las tres de la madrugada, exponiéndose a ser víctima de una pulmonía, ya que caso de tener intención de ausentarse dejando pendientes de pago algunos días de hospedaje, estaba el camino completamente libre. Indignación —¿Gallego yo?—exclama indignado Aresti y Mendiguren—. Si tuviera a mi alcance al tipo que ha escrito tal cosa, le haría rectificar. —¿Es usted marino?—le pregunté. —He estado durante diez años en el "Upo-Mendi", de la Compañía Sota y Aznar. —¿Piloto? —Acabo de recibir en Bilbao el título de piloto de primera clase. Ahora estaba disfrutando unos días de vacaciones, para luego seguir al servicio de los señores Sota y Aznar. —¿Hizo usted declaración ante las autoridades del suceso de que ha sido víctima? —Sí, señor. Todos los días vienen a interrogarme. Unas veces es la Guardia civil y otras los agentes de vigilancia. Me tienen cansado y ya lo que menos me preocupa es el dinero, ante la vergüenza que echa sobre mi nombre el periodista de que le hablé. ¡Qué dirá mi padre! Hijo de marino —Su padre, ¿es marino? —Fué capitán de la marina mercante. Actualmente vive retirado en Santurce, y es dueño de un café, en el que está instalado el "Batzoki". —¿también vasco? —Nacido en Guernica. —¿Sabe lo ocurrido? —Sí, señor. Y espero esta tarde su llegada a San Sebastián. *** José Aresti Mendiguren, piloto, perteneciente a la Compañía Sota y Aznar, metido dentro del "Upo-Mendi" desde su infancia durante siete años, con un padre que ha sido capitán de la misma Compañía de navegación y actualmente tiene instalado en su casa un "Batzoki", podrá haber sido tachado de parecer más gallego que vasco, pero él y su familia con tales antecedentes, no nos recuerdan a la "muñeira", sino al "irrintzi", con un "¡gora Euzkadi" y a ser posible "azkatuta". *** Las autoridades, que intervienen en este asunto, son las encargadas de decir la última palabra. Pedro Gorri."
Sortak: La Voz de Guipúzcoa 1931, kronikak
 
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Signatura: L21556
Data: 1931-10-01
Dokumentu mota: Prentsa
Hizkuntza: Gaztelania
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Ezaugarriak: Después del susto. Hablando con el atracado en Loyola / La Voz de Guipúzcoa, 16. or.
Oharrak: "Después del susto Hablando con el atracado en Loyola Nuestros lectores tienen ya noticia por lo publicado en este diario, que durante la madrugada del pasado lunes fué atracado en Loyola, y arrojado desde lo alto del puente al río, el joven José Aresti Mendiguren, de 25 años, domiciliado accidentalmente en el estanco de Martutene. La víctima Al principio, se negó a facilitarnos detalles cuando supo nuestra condición de periodistas. El hombre estaba enfadado a causa de cierta información aparecida en un diario local, en la que después de señalar que a pesar de sus apellidos y nacimiento vasco, más parece gallero, el articulista no estaba muy convencido de que Aresti haya sido realmente la víctima de un atraco en el que, luego de ser despojado de la 825 pesetas que tenía, los "criminales" atracadores lo tiraron al río, sin antes haberle hecho ni el más leve rasguño durante la lucha. Pero, ¿hubo lucha? Ante el susto recibido, Aresti nada recuerda. Sabe únicamente que dió voces pidiendo auxilio. El hombre no tenía necesidad, ni objeto alguno para simular una farsa, dando un salto más que regular desde el puente al río, para con toda la ropa sobre su cuerpo tomar un formidable baño a las tres de la madrugada, exponiéndose a ser víctima de una pulmonía, ya que caso de tener intención de ausentarse dejando pendientes de pago algunos días de hospedaje, estaba el camino completamente libre. Indignación —¿Gallego yo?—exclama indignado Aresti y Mendiguren—. Si tuviera a mi alcance al tipo que ha escrito tal cosa, le haría rectificar. —¿Es usted marino?—le pregunté. —He estado durante diez años en el "Upo-Mendi", de la Compañía Sota y Aznar. —¿Piloto? —Acabo de recibir en Bilbao el título de piloto de primera clase. Ahora estaba disfrutando unos días de vacaciones, para luego seguir al servicio de los señores Sota y Aznar. —¿Hizo usted declaración ante las autoridades del suceso de que ha sido víctima? —Sí, señor. Todos los días vienen a interrogarme. Unas veces es la Guardia civil y otras los agentes de vigilancia. Me tienen cansado y ya lo que menos me preocupa es el dinero, ante la vergüenza que echa sobre mi nombre el periodista de que le hablé. ¡Qué dirá mi padre! Hijo de marino —Su padre, ¿es marino? —Fué capitán de la marina mercante. Actualmente vive retirado en Santurce, y es dueño de un café, en el que está instalado el "Batzoki". —¿también vasco? —Nacido en Guernica. —¿Sabe lo ocurrido? —Sí, señor. Y espero esta tarde su llegada a San Sebastián. *** José Aresti Mendiguren, piloto, perteneciente a la Compañía Sota y Aznar, metido dentro del "Upo-Mendi" desde su infancia durante siete años, con un padre que ha sido capitán de la misma Compañía de navegación y actualmente tiene instalado en su casa un "Batzoki", podrá haber sido tachado de parecer más gallego que vasco, pero él y su familia con tales antecedentes, no nos recuerdan a la "muñeira", sino al "irrintzi", con un "¡gora Euzkadi" y a ser posible "azkatuta". *** Las autoridades, que intervienen en este asunto, son las encargadas de decir la última palabra. Pedro Gorri."
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