Antxoko krimena: gertatuaz etsita
En ocasión que se hallaban descargando un vagón en la estación de Pasajes varios mozos de los que efectúan la descarga, uno de ellos, llamado Valentín Goñi, soltero, y natural de Bacaicoa (Navarra), parece que tuvo algunas palabras con el capataz Fernando Sancho, por haberle éste reprendido agriamente alguna falta cometida en el servicio.
Indignado el Goñi por la manera que se le trataba, protestó de ello, y por toda contestación recibió la orden de ir a cobrar la cuenta y quedar despedido; el mozo Goñi dirigióse con dicho objeto al jefe de la estación Sr. Medina, quien le entregó los días que había devengado, despidiéndose afectuosamente y como si nada hubiese sucedido.
El que acababa de ser despedido se encaminó a su casa, y desesperado por lo que había sucedido, cogió un revólver y se dirigió a la estación en busca del capataz Sancho, a quien encontró en medio de la vía, y sin que mediasen palabras de ningún género, le disparó un tiro a un paso de distancia; el proyectil pasó la ropa del agredido, y después de causarle una pequeña lesión, fue a parar al bolsillo de su americana, debido a la falta de fuerza que tenía, efecto de haber estado mucho tiempo sin descargar el arma, o a la mala calidad de la pólvora, a lo que se debe que no haya ocurrido una lamentable desgracia.
El agresor fue detenido por el único agente de vigilancia que presta servicio en Ancho, y un corneta de miqueletes.
Conducido a presencia del juez, éste dispuso de inmediato que ingresase en la cárcel de Alza, a donde fue trasladado, pero al llegar al portal de la cárcel, no se sabe cómo, logró desasirse del miquelete que lo llevaba sujeto por un brazo y emprender vertiginosa carrera en dirección a Astigarraga, siendo seguido por el referido miquelete y el guardia de vigilancia, quienes no pudieron darle alcance, perdiéndolo de vista en una sinuosidad del terreno.
Se ha pasado aviso a las autoridades de Irún, Fuenterrabía y demás puntos cercanos encargándoles su captura, pero hasta la fecha no ha sido habido.