Herrerako maisuak jasandako mehatxuen kontaketa eta bere emaztearen nahigabeko erailtzea
En el pueblo de Herrera se ha cometido un hecho bárbaro.
El maestro del mismo, don Casiano Cardenal, se había indispuesto con algunos vecinos y mozos de dicho pueblo, lo cual le hacía vivir muy en guardia, porque además de haberle apedreado la casa, se sabía haberse propuesto por alguno el sorteo para quitarle la vida.
En la noche que se cometió el hecho, y cuando ya el maestro y su malograda esposa se hallaban en la cama, observaron que de un fuerte golpe, dado con una piedra, se abrió de par en par la ventana de la habitación en que dormían, y creyéndose que le asaltaban con intención de asesinarlos, el maestro se echó fuera de la cama cogiendo, sin detenerse, una escopeta que a prevención tenía cargada, la que disparó a la calle, más por llamar la atención del pueblo a fin de que acudiera en su auxilio, que por nada; pero el disparo del maestro fue contestado por otro u otros de los de fuera, quienes, sin duda en previsión de que pudiera salir a la ventana al ruido que ésta hizo al abrirse con estrépito, estaban esperándole para cazarle como a un conejo; y si bien el don Casiano salió ileso, su esposa quedó muerta en la misma cama, sin poder articular una sola palabra, pues la bala le atravesó la cabeza.