Carta del corresponsal de Ancho proponiendo mediadas contra los ladrones
Nuestras cartas
Desde Ancho
Sr. Director de La Voz de Guipúzcoa.
Apreciable director: Estamos en una época en que media España queda desierta por venir a respirar las brisas del Cantábrico a estas hermosas playas del Norte de España y Mediodía de Francia, y entre las muchas personas que nos visitan se confunde un enjambre de ratas que no le guía otro objeto que el ejercer su industria donde pueden o tienen ocasión.
Sabido es que esos artistas pernoctan donde pueden o les guía la idea… o el bolsillo de algún desgraciado a quien pretende escamotear lo mejor posible.
Pues bien; como quiera que en el barrio de Ancho se han llevado a cabo en los veranos últimos algunos pequeños robos, convendría se obligase a todos los dueños de casa de huéspedes, fondas, etc… a entregar diariamente un parte de los individuos que se alojan en sus casas, como se viene haciendo en otras poblaciones, requisito que indispensablemente ha de llenar todo dueño que ponga su casa a disposición de los transeúntes, so pena de exponerse a sufrir los rigores de la ley.
Me consta hay muchos que así lo hacen, pero también hay algunos que alegan no ser necesario tal documento en virtud de que son siempre los mismos huéspedes los que pernoctan en su establecimiento, siendo así que la ley no excluye a éstos de dar el parte diario sin exposición al castigo que aquella determina.
Por otra parte, a los dueños de los establecimientos, ese documento les evita bastantes quebraderos de cabeza y no pocos disgustos; pues tal determinación ha dado muchas veces ocasión para capturar a no pocos rateros y bastantes criminales, y sobre todo garantiza el dueño la clase de gente que pernocta en su casa; de otro modo sucede que hay quien fingiéndose ricos propietarios son caballeros de industria que sólo desean escapar de los garras de la policía para traspasar la frontera.
Es más; hay quien abriga la seguridad de que Pasajes es el punto de parada y donde se reúnen todas las ratas que nos inundan.
Si algunos creen ser inútil tal documento, están en un error; si el agente de policía lo exige es debido a órdenes superiores, de otro modo correría peligro su empleo como ha sucedido a otros de su cuerpo.
Según rumores, el puesto de la guardia civil de Rentería está próximo a desaparecer, y convendría para mayor seguridad de este barrio que Alza y Pasajes vieran de hacer algo porque el benemérito cuerpo se instale en Ancho para mayor seguridad del individuo ya que carecemos de enorme servicio al único y exclusivo agente de vigilancia de que dispone.
Queda suyo y se repite hasta otra su afectísimo s. s.
El Corresponsal
Ancho 12 agosto de 1891