Altza XIX. mendeko kroniketan

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Nafarreri izurritea del eta hartutako neurriengatik protesta

La Voz de Guipúzcoa – 1891-10-20

Noticias
Un hecho incalificable

Esta madrugada se han presentado en nuestra redacción un caballero de nacionalidad francesa acompañado de un conocido industrial de Pasajes (Ancho), denunciándonos un hecho abusivo e inhumano sobre el cual llamamos la atención del señor gobernador civil de la provincia.

Ya en la carta de nuestro corresponsal en Ancho, que en otro lugar publicamos, se da la triste noticia de haber ocurrido en aquel barrio varios casos de viruela.

Pues bien; según nos dicen las personas a que hacemos referencia, una pobre mujer que con su hijo, tierno niño de pecho fue a ver a una mujer atacada de dicha enfermedad, cuando se disponía a salir de la casa encontró en la puerta un dependiente de la autoridad que la cerró el paso y la prohibió salir de la casa.

Ni las súplicas de la mujer ni las razones de algunas personas que intervinieron bastaron a levantar la orden.

Cuando el marido de la mujer encerrada en la casa de la enferma salió de su trabajo y yendo a su domicilio se enteró de lo ocurrido, se dirigió a buscar a su mujer y a su hijo.

El agente de la autoridad le hizo saber lo que ocurría y la imposibilidad de que se avistase con su mujer y mucho menos de que ésta saliese de su encierro.

El pobre hombre protestó y sólo por este hecho fue encerrado en un inmundo sótano, donde ni luz, ni aire puro, ni comodidad ninguna existe.

Parece que no fue él solo el encerrado, sino otro pariente que también protestó contra aquellas detenciones injustificadas.

Y poco le faltó al caballero francés que esto nos refiere para ser igualmente encerrado por el celoso agente sin haber cometido otro delito que unir su protesta a la de los detenidos.

Esto le obligó anoche a tomar un carruaje y venir a las redacciones de los periódicos locales a denunciar los abusos que dejamos consignados.

Si, como creemos, los hechos sen ciertos, no hay para qué decir con cuánto interés solicitamos que se repriman tales desafueros.

Porque ni las detenciones son justas, ni es humano encerrar a los detenidos, aun cuando lo hubiesen merecido en lugares tan insanos, ni hay principio de sanidad, ni siquiera de humanidad que aconseje encerrar con un infectado a una persona y a una criatura.

Bueno que se las aísle si así se estima conveniente para conjurar el contagio; pero encerrarlas con el enfermo para que allí adquieran la enfermedad y allí se mueran si tan triste caso llega, eso ni es humanitario, ni es razonable ni es legal.

Esperamos que no queden en pie tan absurdas medidas.