Festak Loiolan
Los festejos de Loyola
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En marcha.- En el valle.- Aspecto de la ría.- Los espatadantzas.- Caza acuática de patos.- El aurresku.- Regatas de gabarra.- La plaza y los vertsolaris.
Un día espléndido, radiante de luz y de colorido invitaba a disfrutar de los festejos dispuestos por la comisión de espectáculos del Ayuntamiento y des las dos el movimiento de la población, dispuesta siempre a divertirse y más cuando como ayer el tiempo convida a disfrutar de las delicias del campo se dirigía al pintoresco valle de Loyola donde se celebraba ayer la fiesta euskara, primera de las dispuestas por el Ayuntamiento de San Sebastián para el actual verano.
Desde el recodo de Alcolea el aspecto del pintoresco valle de Loyola y los márgenes del Urumea no podía ser más animado.
Un doble cordón de gente alegre y bulliciosa perteneciente a las clases laboriosas de nuestra ciudad, se dirigían hacia Loyola, con sus correspondientes provisiones de boca y no pocas botas provistas del rico zumo de la vid.
Por la ría, surcaban sus tranquilas aguas multitud de embarcaciones de todas clases, desde la elegante falúa de la sanidad en la que navegaban distinguidas señoras y señoritas de la buena sociedad, hasta la trainera del pescador que seguro de su negocio abandonó ayer las redes para transportar alegres romeros al animado valle de Loyola y la gabarra arenera, conducida por los hercúleos brazos de dos caseros orgullosos de de su pasaje compuesto en su mayoría de bellísimas modistas y gentiles cigarreras.
Por la carretera cuidadosamente regada ayer con oportunidad, bajo la inspección de los celosos concejales que forman la comisión de Policía Urbana de nuestro Ayuntamiento, circulaban toda clase de vehículos desde el modesto ómnibus hasta el elegante landean o factún arrastrado por caballos de pura sangre.
En el centro de la ría y en la falda de Ametzagaña alzábase esbelto y gallardo un tablado construido sobre tres gabarras cubierto en su base con percalina azul y blanca y adornado con doce mástiles enlazados por un doble festón o guirnalda de laurel con dalias amarillas y encarnadas.
En los cuatro mástiles de los ángulos del cuadrilátero del tablado flotaban al viento cuatro hermosos gallardetes de la matrícula de San Sebastián; en los ocho restantes los gallardetes correspondían a los colores gualda y rojo de la hermosa bandera nacional.
Cada mástil, ostentaba un escudo cruzándole dos banderas españolas.
En suma, que el tablado resultaba alegre, pintoresco y muy bonito.
La gente se agolpaba a ambos lados de la ría formando una columna extensa y compacta en la falda del monte, cubierto de verde césped, que por poniente limtaba el caserío Loyola, el número de curiosos era tan considerable que aquello parecía un hormiguero.
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Con puntualidad británica la comisión de Espectáculos del Ayuntamiento, compuesta de los concejales señores Salazar, como presidente y Marticorena y Ugarte como vocales, acompañados de los señores Arzac, Iraola y Salaverría y secretario de la subcomisión señor González, se presentaron en las dos gabarras dispuestas frente al tablado para los expresados señores, representantes de la prensa y banda musical, anunciándose el principio de la fiesta con el disparo de cohetes indispensables.
Los gaiteros de Estella bajaban entre tanto por la falda de Ametzagaña, alegrando el monte y los caseríos con el estridente sonido de la gaita y el tamboril que anunciaba a todos los aldeanos el principio de la fiesta.
Subieron al tablado los bailarines de Andoain y Villabona, vistiendo el aita Joshe calzón corto azul, chaquetilla roja adornada con trencilla dorada, faja de seda encarnada, boina del mismo color y gran cachiporra, con una banderita española en el extremo, seguidos de doce esbeltos muchachos que llevaban pantalón blanco hasta la rodilla, alpargata con trencilla encarnada, atada a la tirolesa, faja de seda encarnada, chaquetilla azul, adornada con trencilla de plata y boina roja.
Tan pronto como el tamboril de Andoain a cuyo alegre sonido habían de bailar los dantzaris vascongados empezó a sonar se vio rodeado el tablado de multitud de lanchas y gabarras, realizando esta parte de la fiesta con arreglo al siguiente programa.
1º Paseo cruzado en un zorziko
2º Contrapás, saludando al público.
3º Contrapás, saludando al público.
4º Baile de espadas.
5º Tras un zorziko de los más viejos, baile de broqueles, con platillos y palos.
6º Villancico con cabriolas y vueltas enteras.
7º Baile de ballestas con doce arcos pequeños.
8º Zortziko de San Juan.
9º Ariñ-ariñ, con lucha de broqueles.
10º Baile de Labranza.
11º Baile de cintas.
12º Baile de los doce arcos grandes.
13º Aurresku
14º Saludo
Cada número de baile que ejecutaban los dantzaris de Andoain y Villabona era recibido con una estrepitosa salva de aplausos amenizando los intermedios la banda municipal y los gaiteros de Estella.
Terminó tan agradable número del programa de los festejos con un aurresku bailado de una manera íntimamente por los danzarines en el que tomaron parte buen número de muchachas.
La caza de patos a nado fue otro de los intermedios que merecieron mejor acogida y en la que lucieron su destreza buen número de muchachos ganando el primer premio de 25 pesetas y los dos accésit de a 10 pesetas el intrépido nadador donostiarra José Ibarlucea.
En la regata de gabarras ganó el primer premio de 50 pesetas Juan Antonio Zurra y el segundo extraordinario establecido por el alcalde Antonio Carrera.