Gipuzkoan izandako lehorte eta ondorengo euriteei buruzkoa
Hace bastante tiempo que venía sintiéndose no sólo en Guipúzcoa, sino también en toda España, una sequía pertinaz que llegó a poner en verdadero peligro la producción agrícola del presente año.
Fenómenos tales, que por fortuna para los pueblos son sólo la resultante de un desquiciamiento atmosférico, o mejor dicho, de una gran perturbación en la marcha normal de las leyes físicas que presiden y regulan nuestra atmosférica, aparecen y se manifiestan en formas tan extrañas, que verdaderamente llaman la atención del profano y del que a ellos dedica todos sus estudios y vigilias.
Debido sin duda al cambio del tiempo, cuya frialdad causó sensiblemente el termómetro, condensándose de tal modo las nubes la noche del 10, y especialmente la madrugada del 11, que sobre la provincia de Guipúzcoa cayó una lluvia torrencial; lluvia beneficiosa y reparadora que habrá llevado el consuelo y la alegría a los honrados hogares de nuestras gentes del campo.
Ha habido sitios donde la tempestad se ha desencadenado en verdaderas trompas, manifestándose uno de esos fenómenos de que hablamos al principio en las cercanías de nuestra ciudad; la lluvia cayó a torrentes hasta las cumbres y mesetas que rodean a San Sebastián, quedando una cuenca a la cual no llegaron sus beneficios: Oriamendi, San Marcos, Arrasain y Mendizorroz fueron los límites de temporal tan completos y definidos, que a poca distancia de ellos, y hasta nuestras playas, ha reinado por regla general un día regular apareciendo varias horas el sol.