Antxoko bizilagunek Pasaiatik banandu eta Altzako udalera elkartu nahi dute
Nuestras cartas
Desde Ancho
Sr. Director de La Voz de Guipúzcoa.
Amigo director: Hay personas tan poco escrupulosas que les gusta despacharse a su antojo, nada más que por mero capricho y sin fundamento alguno que lo justifique.
Porque esta temporada no menudean mis correspondencias en La Voz hay quien está en la creencia de que tanto por parte del ayuntamiento de Alza como del de Pasajes recibo favores que me vedan el ocuparme de la pésima y desastrosa administración del barrio de Ancho.
No debiera pues, dar ninguna clase de explicaciones, a quienes tal creen; pero en honor al barrio en que habito, debo advertir, por primera y última vez, que nada tengo que agradecer a uno y otro municipio; que mis correspondencias son escritas en los ratos de ocio y remitidas al periódico de que soy corresponsal sin otro beneficio que el que pueda obtener mañana que vea implantada en el barrio de Ancho una administración digna del público que en él habita; que mi objeto no es otro que el de procurar que a cada uno se le dé lo suyo con arreglo a la razón que le asista, y por último buscar a mi corto alcance los beneficios y reformas que son necesarias para que podamos conceptuarnos habitantes de una población culta e ilustrada y no que se nos tache de imbéciles e incivilizados, mereciendo por lo tanto mis censuras igual un municipio que otro, pues que a dos cuando menos pertenecemos con motivo de la división o reparto que de nosotros se ha hecho.
Impaciente está el vecindario hasta ver qué resuelve en definitiva la excelentísima Diputación provincial ahora que en el próximo mes de noviembre dé principio a sus sesiones. Dos parece que son los municipios que faltan que dar su informe, pero seguramente lo harán en el tiempo que les falta. ¿Lo echará en olvido nuestra Diputación provincial?
No es de esperar tal cosa; el vecindario desea la anexión de Alza y la segregación de Pasajes; la ley se lo autoriza y los vecinos necesitamos irremisiblemente un local para escuelas, sea cual fuere, para no dar lugar a que un obrero que disfruta de un jornal de diez o doce reales pague ocho o diez pesetas por dar instrucción a sus hijos: necesitamos un lavadero público que reúna condiciones de tal, inutilizando el existente, que en honor a la verdad, es un foco de infección, un punto donde se hace imposible la entrada aunque así no lo crean quienes debieran haberlo ya remediado hace tiempo; necesitamos un local destinando a culto y no bodegones como el que existe; necesitamos….
¿A qué continuar? Cuando seamos de Alza o tengamos nuestra la administración, hablaremos y obraremos. Hasta tanto y por conclusión de ésta (que para otras ya hay materia de que tratar) basta hacer una pregunta: ¿A qué distancia de una población han de estar los depósitos de trapos? Conteste y obre la comisión correspondiente, cuya solución hallará en mi próxima correspondencia.
Queda hasta otra suyo afmo. s. s. q. b. s. m.
El Corresponsal
Ancho 12 de octubre de 1891