Una vez más se detienen las obras del tranvía que unirá San Sebastián y Pasajes
El tranvía de Pasajes
La fatalidad parece que persigue a este proyecto que tanto interés encierra para San Sebastián.
Colocándose raíles en la carretera que une a esta ciudad con el puerto vecino, y cuando ya creíamos ver realizado la esperanza de contar con un rápido medio de comunicación tan deseado, vimos con sentimiento defraudadas nuestras ilusiones con la suspensión de las obras que se habían comenzado a ejecutar.
Varias son las concesiones que posteriormente se han presentado y en diferentes ocasiones hemos abrigado la esperanza de ver circular el tranvía por la carretera de Miracruz. Sin embargo, esta interesante obra no se realiza a pesar de la sentida necesidad de estrechar más y más las relaciones que existen entre San Sebastián y Pasajes y de acortar la distancia que a ambos pueblos separa.
Muy pronto la carretera de Pasajes será hasta Miracruz un espacioso paseo, una avenida con multitud de casas de campo a ambos lados. En el barrio de Ategorrieta así como en las quintas que existen en aquellas inmediaciones, va aumentando el vecindario en una proporción considerable. El puerto de Pasajes va, de día en día, adquiriendo mayor importancia; el movimiento de buques en aquella bahía, hace algunos años poco visitada, va desarrollándose sensiblemente y esta vida que se deja sentir en el pueblo vecino se va manifestando, en otra forma con el alto precio que alcanzan hoy terrenos hace poco casi despreciados a las casas que se están construyendo en puntos desiertos hace muy contados años.
El tranvía entre San Sebastián y Pasajes tiene hoy medios de existir con los viajeros que proporcionaron al barrio Ategorrieta y la multitud de quintas de recreo que adornan la concurrida carretera de Miracruz.
Solo el puerto y el pueblo de Pasajes bastan por si solos, hoy por hoy, a dar vida a este tranvía; las mercancías que se trasportan en tren o en carros de aquel puerto a esta ciudad; el crecido número de carruajes que recorren constantemente aquel camino conduciendo viajeros de uno a otro punto, son pruebas palpables de los beneficios resultados que un medio rápido de comunicación había de producir a la empresa que lo explotara.
Pero hay otras circunstancias que contribuirán en una proporción considerable al tranvía de San Sebastián a Pasajes. El tranvía urbano de esta ciudad, con un ramal a la estación, es un negocio positivo mirado sólo bajo el punto de vista del comercio terrestre de esta ciudad. Agréguese que todos los veranos vienen a visitarnos millares de forasteros que pagarían su tributo a este rápido y cómodo medio de traslación.
Por último, el día en que se realice el fondeadero de Santa Clara, el barrio del Antiguo llegará a confundirse con el de San Martín.
Un tranvía ha de ser la arteria que una a un pueblo separado por un delicioso paseo, como lo será con el tiempo la continuación del paseo de la Concha.
El tranvía que nos ocupa es hoy un negocio positivo y seguro y cada año lo será más. Si el municipio de esta ciudad realizara este proyecto, tan perseguido por la fatalidad, además de llenar multitud de necesidades que se dejan sentir con fuerza, proporcionaría a San Sebastián una fuente de riqueza que sería explotada por nosotros y para nosotros.