Propuesta a favor de un plan de mejoras en los alrededores de San Sebastián
San Sebastián se encuentra en el caso de extender por sus pintorescas inmediaciones las mejoras que con tanto afán y actividad se han llevado a cabo en el casco de la población.
Hasta hace poco tiempo ha sido mirada con descuido esa bellísima campiña que rodea a esta ciudad; pero desde hace algunos años, se nota ya la plausible inclinación de realizar en esas pintorescas cercanías las mejoras que la experiencia aconsejan y todos aquellos proyectos que se sienten como una necesidad imperiosa en una población balnearia de la importancia de San Sebastián.
La proyectada desviación del paseo de la Concha; el camino a Igueldo, en construcción; el proyecto de ampliación y embellecimiento del paseo de Ategorrieta; el ensanche del espolón de la carretera de Pasajes; la idea aceptada de prolongar la carretera que se dirige a la necrópolis de Polloe, hasta que se encuentre en Miracruz, con la de Pasajes; las subcomisiones nombradas para el mayor cuidado y mejor conservación de los caminos vecinales, etc. Prueban que por fortuna son apreciados y mirados con atención esos bellísimos alrededores que constituyen uno de los principales encantos que ofrece esta ciudad al forastero.
Al apuntar las mejoras que se van a introducir y las que están llamadas a ser un hecho en un plazo más o menos largo, nos mueve el deseo de que el municipio forme un estudiado plan de todas aquellas mejoras y proyectos, dignos de ser realizados, con el fin de que sujetándose a las reglas que fije y sin hacer de una vez costosos sacrificios, en un periodo de cierto número de años y de una manera insensible se lleven a la práctica esas reformas y mejoras, que han de aumentar la natural belleza de esas amenas deliciosas cercanías.
San Sebastián atrae anualmente una numerosa colonia veraniega por la bondad incomparable de su playa; por la hermosura que ostenta en sus edificaciones, en sus calles, plazas y parques; por las comodidades que ofrece al forastero; por las diversiones con que le obsequia, por su templado y dulce clima y por esas pintorescas amenísimas y accidentadas comarcas que causan la admiración de los que llegan a San Sebastián de las extensas y poco variadas llanuras del interior de la nación.
Esta ciudad ha ejecutado y está pronta a ejecutar en el casco de la población aquellos proyectos que han de contribuir a su mayor embellecimiento; comodidades como pocas poblaciones y festejos numerosos ofrece al forastero, y sus sacrificios se ven recompensados con la visita anual de una numerosa colonia forastera, que va creciendo de año en año.
Que las bellísimas cercanías que rodean a esta población son uno de sus principales atractivos lo prueban ese sinnúmero de casas de campo que, rodeadas de cuidados jardines, adornan las verdes faldas de las montañas vecinas. Esas casas de campo pertenecen a esas familias aristocráticas y acaudaladas personas, la mayor parte de ellas forasteras, y se encuentran situadas en aquellos puntos que existen cómodas comunicaciones con el casco de la población.
El camino que conduce a Hernani, el de Lasarte y el que se dirige a Pasajes están adornados de multitud de hoteles y villas, con sus deliciosos jardines y parques, atendidos con esmero, que forman un bellísimo golpe de vista, que recrea y deleita al que lo contempla.
Hoy mismo, varios títulos están construyendo soberbios palacios y se ven obligados a hacer gastos considerables en dotar a sus fincas de recreo de medios cómodos y rápidos para ir y venir a la población.
Esto nos prueba que faltan en las inmediaciones de esta ciudad espaciosos caminos, sombreados por altos árboles, como los que existen en balnearios como Biarritz, Pau, Niza, etc.
Constrúyanse caminos en estas condiciones y bien pronto en sus orillas aparecerán los jardines y casas de campo, que tanto hermosean y embellecen las carreteras que se dirigen a Pasajes, Astigarraga, Lasarte y Hernani; y las propiedades que se vean favorecidas por estas vías de comunicación merecerán mayor estimación y precio, y sus dueños mayores beneficios.
Existe otra razón para que se lleven a ejecución determinadas mejoras en las inmediaciones de esta ciudad, y es la de que el forastero, en general aprecia la belleza de los campos que se ven desde la población y no conoce, y no puede, por tanto, apreciar los panoramas deleitosos que se disfrutan de las alturas vecinas como las de Igueldo y Ulía: y no las conoce y aprecia porque no se les facilitan medios de comunicación para alcanzar con la mayor comodidad posible a esas eminencias que debieran ser, y lo serán con el tiempo, puntos de grato recreo y uno de los más poderosos estímulos para que el forastero busque en las inmediaciones panoramas más bellos que los que procura disfrutar en los Pirineos franceses o en otra regiones más apartadas.