Historia
Los primeros datos sobre estas ermitas los tenemos en 1540 cuando don Juan de Yerobi, vicario de la parroquial de Rentería se presenta en ayuntamiento mostrando su intención de construir a su costa una ermita en el alto de Biçarain, solicita licencia para ello y la somete al Concejo.
Años más tarde, 1552, vuelve a solicitar la construcción de un oratorio en las mismas condiciones, en lugar próximo a la ermita, en los confines de San Sebastián, en la parte alta de Yguerdo.
En 1562 el vicario don Juan de Yerobi había fallecido.
Tres años después un tal Geronimo, napolitano y peregrino, solicita ser ermitaño de la Magdalena de la Sierra, y meses más tarde unas mujeres quieren residir en la ermita, pero las autoridades no permiten su estancia.
Este mismo año el vicario don Guillén de Tolosa se presenta en el obispado de Bayona para por mandato de la Villa solicita cambiar el nombre de la Magdalena de la Sierra por el de San Clemente.
En 1566 en la Letanía a la ermita de Biçarain se hace el traslado de la imagen de San Clemente y se muestran las diferencias habidas entre la Villa y los beneficiados, por creer estos no estar obligados a acudir a la Letanía.
En esta fecha está como ermitaño fray Pedro, natural de Florencia y posteriormente quiere hacerle compañía fray Martín de la Artiga pero no hay renta para sustentar a ambos.
1574. Fray Pedro de Florencia quiere ir a Roma a visitar al Sumo Pontífice para ganar indulgencias para la ermita de San Clemente. Propone como conservador de ella al ermitaño de Santiago de la Sierra (posiblemente de Santiagomendi). Y asi mismo solicita una huerta para su subsistencia y la de los sucesivos ermitaños.
1580. Se recibe la noticia del fallecimiento en Roma de fray Pedro, ermitaño durante quince años, y se presenta para su cargo Martín de Urroz.
1584. Se presenta para el cargo de ermitaño el navarro Martín Perez de Alcarte.
En 1590 estaba fray Francisco de Bruset, que aseveraba el mal estado de la ermita y que en su pobreza no disponía de ropa. Desea continuar peregrinando a Santiago y el tiempo que ocupe en ello se encarga del cuidado de ella el vicario don Gaspar de Irigoyen.
1594. Pedro de Briçuelas solicita ser admitido como ermitaño.
En 1606 estaba como ermitaño fray Diego de Salinas y meses mas tarde este puesto lo ocupa Saubad de Echeberría.
Por estas fechas la denominación de la ermita es de San Clemente y Madalena de la Sierra.
1608. Solicita tener a Joan de Alberro por compañero como segundo ermitaño, y para su sustento solicita poder pedir limosna por las calles los días de fiesta.
1611. Joan de Alberro ha regresado de Roma donde ha gastado muchos dineros en procurar y despachar los jubileos y otras bulas para la ermita y para la cofradía de San Clemente de los mareantes en ella fundada. Necesitan acudir ambos ermitaños a Pamplona ante su Ilustrísima y no disponen de dinero ni vestuario.
1614. Fray Juan de Alberro había fallecido en Roma, por lo cual Saubad de Echeberría estaba solo y le pusieron de acompañante al padre Larrea.
1616. El mayordomo de San Clemente dice que la ermita necesita reparos.
1618. Se despide a varios colaboradores de la Villa, a la serora, al organista, al maestro, al boticario… y también al ermitaño de la Madalena, Saubad de Echeverría.
Pasamos a finales de 1640 se admite como ermitaño de la Magdalena Sierra a Láçaro de Goyenechea que pasados ventiseis años en ella tiene necesidad de compañía, y se acepta al vecino de Alza, Jacobe de Basterrechea, a condición que tengan los mismos emolumentos que hasta ahora.
1680. El actual ermitaño de Santa María Magdalena, fray Martín de Gamón tiene la intención de hacer o reparar la iglesia o ermita de San Jerónimo.
1688. Una devota quiere entregar a Miguel de Martiarena, ermitaño, una imagen de San Jerónimo de limosna para la ermita de Santa María Magdalena.
1694. Varios vecinos solicitan poder poner en la ermita de la Sierra, un bulto de Nuestra Señora de la Soledad, llevándola en la procesión del día San Marcos.
1699. La ermita necesita retejo.
1703. Reparos en la ermita. La puerta principal y el suelo del coro necesitan arreglo.
1713. Miguel de Martiarena dice que la pared delantera de la ermita y su casa donde habita están desmoronadas, solicita cal para componerlas.
1718. El mismo ermitaño dice que la pared donde halla la campana se está inclinando.
1723. Se repare un pedazo de pared maestra y se haga una campana nueva, porque la anterior se la llevaron los franceses el año de 1719.
1724. El sentir de los vecinos es que se haga con brevedad las obras y la campana.
En la madrugada del 13 de febrero cae una centella en la ermita de Santa María Magdalena de la Sierra y ha derribado parte de ella.
Al año siguiente Miguel de Martiarena denuncia la ruina que amenaza a la capilla de San Jerónimo. Si no se arregla llevará la imagen del Santo a la otra ermita.
1726. El vicario solicita se publiquen las gracias e indulgencias concedidas por INOCENCIO XI, a la cofradía de San Clemente que se halla fundada en la capilla de la referida ermita. Miguel de Martiarena le hace entrega del despacho original de ellas y el libro de la cofradía para que se entregue a su mayordomo.
1735. Andrés de Otaso, vecino de Alza, es nombrado ermitaño de la ermita de Santa María Magdalena de la Sierra por fallecimiento de Miguel de Martiarena.
Se intenta colocar la campana de Madalena el nicho es pequeño. Hay que ensancharlo.
1736. Se haga nueva diseño o traza de la ermita por ser la actual muy corta e indecente y se decide ampliarla.
1737. Se esta reparando la ermitas de Santa María Magdalena de la Sierra y San Jerónimo con mucho gasto, se tantea el costo de los bancos de madera.Y se desea obtener licencia del señor obispo de Pamplona para poder decir misa en la ermita.
1738. Joseph Alonso de Soano, campanero de Hernani, hace entrega de las nuevas campanas para las ermitas de Santa Clara y la sierra de la Magdalena.
1739. El viento ha desmoronado buena parte del tejado.
1740. Se ha hecho la lengua de la campana y se comenta la necesidad de retejar la ermita de Santa María Magdalena y el cobertizo de San Jerónimo.
1744. Vuelve a tener goteras y necesita de retejo.
1745. Un huracán ha desmoronado los tejados de dichas ermitas.
1752. El ermitaño solicita el retejo de los tejados de la dicha ermita y casa de habitación.
1753. Habiendo fallecido Andrés de Otazu se acuerda nombrarle ermitaño a Antonio de Mendiburu.
1754. Toda la chimenea de su habitación ha caído.
1755. Regalo de un cáliz para la ermita de la sierra de San Marcos o Santa María Magdalena del Monte, y cincuenta para el adorno de la capilla del dicho monte.
1755. Necesidad de arreglo del techo de la basílica de Santa María Magdalena de la Sierra.
1756. Algunos sacerdotes de la Ciudad de San Sebastián han celebrado misa cantada vulnerando su jurisdicción.
1759. Se consulte con abogado del Tribunal Eclesiástico de Pamplona, las novedades acaecidas en la Letanía general del día de San Marcos.
1762. Continúan los problemas con el cabildo acerca de la procesión en la Letanía de San Marcos.
1768. Con fecha de diez de mayo una centella ha caído en la ermita de Santa María Magdalena y reconociéndola hallé el retablo principal en parte rajado y con falta de algunos pedazos, y seis de los bultos que solían estar colocados en él estaban en el suelo, tres de ellos despedazados. El bulto de Santa María Magdalena se mantenía en su nicho y la cruz de bronce que se sacaba en la procesión del día de San Marcos estaba rajada y despedazada.
En ayuntamiento general del día 22 de mayo, se decide se funde una misa en dicha ermita a celebrarla en la procesión el día de San Marcos.
El 19 de junio se les deniega que el cabildo tenga que acudir a la procesión de San Marcos.
1769, Fecha treinta y uno de Julio, carta de la Provincia a la Villa, sobre las providencias que deben tomarse sobre las ermitas. Se votaron que subsistan como hasta aquí las ermitas del término de la Villa. Se envía el informe sobre las ermitas. 26/08/1769.
Vestuario de santeros y ermitaños, se les prohibe usar trajes de órdenes regulares.
1770, Escrito a su Ilustrísima suplicando que no se extingan ninguna de las dos ermitas exponiendo las razones.
17/10/1770 Se encargue el sacristán por hallarse vacante el puesto ocupado anteriormente por la serora.
1774. 11 de mayo. Mucha devoción (motivos para su conservación)
“…algunos años se hicieron unas obras de vastante consi/deración con que quedó la hermita con extensión y capaci//dad con el quarto que está a su continuación para / morada y havitación del hermitaño que siempre / hà permanecido en ella para su cuidado, y de otra hermita de San Gerónimo que existe a su lado, y ade/más ha havido y hay tradición que en tiempo se / experimentó peste en el pais, se enterraron en / dicha hermita de Santa María Magdalena, cadáveres / de quantos fallecieron a su resulta; circunstancia / que infunde y aumenta la devoción en tanto grado / que es común en esta república y en las circunveci/nas la que se tiene â aquella imagen, à que de / ellas acude por lo mismo mucha gente; y última/mente entre otras razones sólidas que para la / subsistencia de las hermitas pudieran exponerse / ocurre una mui poderosa, y es que dominando su situación â esta dicha Villa y toda su jurisdicción / da aviso y comunica promptamente qualquiera / novedad de incendio, y otra qualquiera cosa que se / ofrezca en toda ella el explicado ermitaño, por cuio medio se pone oportunamente remedio a quanto se practiquen diligencias judiciales y extrajudiciales para su conservación.”
1774. Antonio de Mendiburu ermitaño de Santa María Magdalena dice que hace cinco meses les comunicó el fatal estado en que se encuentra la ermita, no puede tardar mucho en caerse y dado el amor que profesan en conservar sus santuarios y a sus ermitaños reclama su urgente reparo.
1776. Antonio de Mendiburu teniendo 83 años, oprimido con las miserias, y las inclemencias del tiempo y desengañado de su vida, temiendo una muerte repentina, solicita entregar las alhajas pertenecientes a dicha ermita.
1777. Se prendió fuego la ermita de San Jerónimo.
1778. Joseph de Chipres ermitaño de la ermita de Santa María Magdalena solicita se repare y se acuerda se regule su obra.
Solicita licencia para postular por los caseríos.
1780. Se encuentra cerrada y sin uso. Se entregue a la parroquia su inventario.
1782. Debido a la indecencia y fatal disposición en que se halla la ermita de Santa María Magdalena de la Sierra y montaña de San Marcos. Por estar prohibido su uso, su reparo sería costoso; acordaron que las imágenes se trasladen a la parroquia o a la basílica de la Magdalena con la mayor prontitud y solemnidad.
En estas fechas el ayuntamiento estaba metido en el gasto de la construcción del retablo de piedras jaspes para la parroquia, no tenía dinero para la recuperación del edificio que fue la ermita. Los bultos se llevan a la basílica y también la campana.
1782. Se convoca a los vecinos para decidir el destino que debe darse a los materiales de dicha ermita.
1783. Es dada la ermita de San Marcos, en arrendamiento a Juan Antonio de Echebeste y el se costeará las obras de reparación.
1787. Continúa con la reparación de dicho caserío. El inquilino de la casa hospital de Santa Clara expresa que un relámpago ha roto la campana de la ermita. Solicita se coloque en su lugar la que pertenecía a la ermita de San Marcos, actualmente recogida en la basílica.
1788. Se entrega a la parroquia el cáliz de plata que perteneció a la hermita de Santa María Magdalena.
1862. Ubicación de las ruinas de la ermita de San Jerónimo.
Caserío Txipres